La tecnología es parte del día a día para todos y avanza rápidamente. Por las posibilidades que ofrece, se encuentra en el entretenimiento como en el trabajo, por no decir en casi todos los aspectos de la vida moderna. Entonces, es natural hacer la pregunta: ¿Cómo impacta en la calidad de vida de la gente? Particularmente, en la de quienes crecen en éste ambiente. A raíz de la pregunta y creciente preocupación, se han realizado varios estudios. Si bien algunos estudios arrojan que el uso de tecnología es inofensivo, otros concluyen lo contrario. Estudios recientes en Reino Unido, ayudan a contrastar estos dos resultados y el porqué de la variedad en los mismos.
Estudios contrastantes
Los estudios realizados por el Real Colegio de Pediatría y Salud Infantil (RCPCH) de Reino Unido subrayan la relación entre el tiempo en pantalla y afectaciones a la salud de los menores. Los principales efectos a la salud que mencionan son trastornos del sueño, obesidad y problemas de salud mental como ansiedad y soledad. A pesar de ello, el estudio también afirma que la problemática no es inherente al uso de electrónicos. A pesar de que el colegio de pediatría no culpa al uso de aparatos electrónicos directamente, sí menciona al desplazamiento de actividades como responsable de problemas de salud. Es decir, el tiempo que ya no es usado para actividad física, convivencia social o dormir es lo que repercute en los menores. Así que el uso de tecnología debería limitarse solo si afecta la vida familiar o personal del menor, agrega el doctor Max Davie.
Por otro lado, el estudio hecho en Oxford, tomando una muestra de 300,000 jóvenes, arroja conclusiones contrarias. Es decir, el tiempo frente a la pantalla es irrelevante en la calidad de la vida de los jóvenes. En cambio, consumir cannabis y el bullying tienen mayor impacto en la salud de los menores. Como parte del análisis del estudio, Amys Orben declara que la forma de analizar los datos y los prejuicios de los investigadores son los que dan resultados tan variados. Los académicos de Oxford utilizaron el método SCA (Specification Curve Analysis) para sostener la afirmación. El método SCA permite analizar los datos desde varias perspectivas “válidas” . Con lo que se logra evaluar el impacto desde varios ángulos. Tras el tratamiento de datos, el equipo concluye que el tiempo en pantalla no tiene repercusiones. Incluso se compara el efecto con actividades comunes para enfatizar los resultados.
Una cuestión más allá de la pantalla
En el primer estudio, Davie hace comentarios al respecto. En primera instancia, Max plantea que aunque se relacione el tiempo de uso de electrónicos con repercusiones en la salud, no pueden asegurar que exista relación de causa-efecto. Lo que nos lleva a las conclusiones del segundo trabajo. Si bien, el artículo de Oxford indica que no hay daño alguno, también mencionan que la cantidad de datos y la forma en que se analicen pueden arrojar una infinidad de conclusiones. Por lo que abría que analizar si realmente se ha abordado el análisis de la forma adecuada. O en todo caso, hace falta darle una nueva perspectiva a un problema. El cual muestra ser más complejo de lo que inicialmente se pensaba.
En resumen, la problemática esta lejos de llegar a una conclusión final. Para ello, el análisis del problema requiere nuevos enfoques y plantear una mejor forma de juzgar el impacto de la tecnología.
Artículos originalmente publicados en Independent. Estudio del
RCPCH, estudio de Oxford.
Fuente: Nacion Farma