Carina García
El diagnóstico médico fue crudo: Benito no podrá caminar nunca. Bastaron unos minutos para que la vida le cambiara; un accidente automovilístico lo dejó parapléjico.
El 17 de septiembre, la falta de pericia y exceso de velocidad de un chofer de la empresa de transportes Líneas Unidas, casi mata al joven de unos 35 años de edad.
Benito, quedó debajo del tablero de la unidad tipo urban con severas lesiones en la cabeza y cara además de inconsciente. Después de cinco días reaccionó.
De sus lesiones y su estado de salud se deslindó la empresa de transporte pero además la aseguradora Quálitas, quienes sólo pretendían ejercer un pago de 150 mil pesos por los servicios médicos.
Su amiga además de su jefa Amelia Acevedo, también viajaba en esa unidad que los llevaría a su hogar en la Costa de Oaxaca. Ella, quien también resulto con fracturas severas en cuello y espalda, narra la situación por la que ahora su joven asistente tendrá que sobrellevar por el resto de su vida.
«A Benito lo operaron de la columna, le pusieron siete clavos; la aseguradora sólo quería cubrir 150 mil pesos pero después de la presión que se ejerció a Benito le pagaron según la cobertura amplia que son mas de 200 mil pesos», dijo la mujer.
Sin embargo, el joven tendrá que vivir sin la movilidad de sus piernas. No podrá caminar, correr, saltar. Benito deberá contar con cuidados especiales, aunque es un joven fuerte y aguerrido.
La empresa Líneas Unidas, se ha deslindado de la situación. Al joven originario del Istmo de Tehuantepec pero radicado en la Costa, lo pretenden enviar en una ambulancia, regalarle una colchoneta, pero no así la indemnización correspondiente.
Pero además Benito tendrá que enfrentar la lentitud de la justicia, ya que al interponer su denuncia contra quien o quienes resulten responsables, se le advirtió que sería un proceso tardado.