Como lo manifestamos el pasado 19 de enero, seguimos atentos y en espera del regreso de Martha y su madre desaparecidas desde diciembre de 2018.
Si bien hablar de Martha es hablar de una vida humana cercana a nuestra Comunidad, no dejamos de preocuparnos de manera importante por la situación de violencia que existe en nuestro estado y amenaza a muchas vidas que no conocemos; así como por la falta de respuestas contundentes por parte de las autoridades para garantizar lo que es su responsabilidad: la seguridad de cada uno de los oaxaqueños.
Sabemos que, así como esperamos el regreso de Martha, existen cientos de familias que esperan respuestas, justicia y paz.
Estamos consciente que esto último es un camino que se construye en comunidad, pero que también es un camino que requiere un compromiso que debe trascender mucho más allá de las estadísticas y los discursos.
Dejemos ya de normalizar la violencia, busquemos como sociedad resultados que vengan desde la educación, desde el buen trato a los demás, desde el respeto por lo diverso, y sobre todo, desde la esperanza en que podemos construir espacios de convivencia que nos lleven a vivir sin miedo
Hoy más que nunca, permanezcamos unidos.