REFORMA
Ernesto Núñez
Cd. de México. Como si exploraran un enorme queso gruyere, topos y perros de búsqueda entraban y salían por los estrechos túneles que, tras un día de trabajo, permitían saber que, en el fondo de una montaña de escombros, había al menos cinco sobrevivientes del derrumbe de la escuela Enrique Rébsamen.
El capitán del Ejército Israel Velázquez confirmó que fueron localizados entre los escombros por medio de un escáner que permite detectar movimiento, temperatura y pulso cardiaco.
Una de las personas vivas sería Sofía, niña de 12 años que movió su mano en el fondo del desastre al ser llamada por un rescatista.
Rescatistas del Ejército, la Marina, voluntarios, por turnos, impulsados por la solidaridad de cientos de ciudadanos que les dotaban de lo necesario, insistían hasta el límite por el rescate.
Con las manos, a pico y pala, perros entrenados, sensores de calor, traxcavos y grúas han sido rescatadas más de 50 personas de entre los escombros en distintos edificios de la Ciudad de México.
Tan sólo ayer fueron liberadas al menos 25 personas en 8 puntos distintos de la CDMX.
En el Rébsamen, hasta la medianoche no se apagaba la fe. Los mejores expertos horadaban por la vida.