Si se escribe el término alcohol en Pubmed -la base de datos más importante de estudios científicos del mundo-, el buscador arroja más de 900.000 resultados. Esto apoya la idea de que sobre alcohol se investiga y mucho. No es extraño, ya que no se trata de una sustancia de uso infrecuente aunque, hasta ahora, las cifras sobre su consumo eran confusas.
La radiografía del consumo de alcohol cuenta desde ahora con mucha más resolución, tras la publicación en The Lancet de un gran estudio que aborda sobre todo dos asuntos: cuánto se bebe en el mundo y qué consecuencias tiene eso para la salud pública.
Se trata de cuestiones de interés porque, a pesar de la mucha investigación publicada hasta la fecha, distaban de estar resueltas. Las respuestas a ambas preguntas eran confusas y variaban según el estudio que las abordara. Hay muchas razones detrás de esto y, como muestra, un botón. Hace menos de dos meses, uno de los principales organismos investigadores de EEUU paralizaba un gran estudio financiado con 100 millones de dólares que pretendía demostrar los efectos saludables del alcohol; la razón: los sonrojantes conflictos de interés de sus autores, financiados por la poderosísima industria de bebidas espirituosas.
La financiación de este nuevo trabajo es, sin embargo, impecable, ya que detrás de la misma sólo está la Fundación Bill & Melinda Gates, que han dotado de medios a más de 100 investigadores sobre el asunto, algunos españoles.
Esto ha servido para analizar sistemáticamente el consumo de alcohol y sus consecuencias para la salud en 195 países entre 1990 y 2016. Y una conclusión sobresale por encima de todos los demás: la cantidad de alcohol que se puede consumir sin perjuicio para la salud es cero.
Los beneficios no superan a los riesgos
Esto acaba de forma definitiva con el mito de que el alcohol en cantidades moderadas es beneficioso. Ojo, no se trata de rechazar los beneficios observados en algunos estudios sobre un efecto protector de poco alcohol sobre la salud cardiovascular -sobre todo en las mujeres-, sino de dejar claro que éste no supera a los riesgos. Por decirlo, en otras palabras, por mucho que el alcohol proteja las arterias, es tal el daño que hace en otros ámbitos que lo recomendable es evitar su consumo de forma radical.
Las cifras del daño que hace el alcohol que arroja el trabajo ponen los pelos de punta. Su consumo se asocia a 2,8 millones de muertes al año, lo que lo convierte en la séptima causa de muerte y de discapacidad.
Pero esta elevada posición en tal macabro ranking varía según los distintos grupos de edad y el alcohol lidera si se habla de muertes en personas entre 15 y 49 años, no sólo por el daño directo que hace al organismo, sino por su asociación con enfermedades infecciosas -hace que olvidemos las mínimas medidas de protección-, accidentes de tráfico e incluso autolesiones y suicidios.
En personas mayores de 50 años, este tipo de bebidas se asocia a tipos de cáncer que provocan el 27,1% de las muertes en mujeres y el 18,9% de los fallecimientos en varones, continúa el rosario de datos.
En porcentajes, las cosas varían según la cantidad de alcohol que se beba. Así, una sola bebida al día -una estándar se define como 10 gramos de alcohol, lo que se alcanza con una cerveza grande, un chato de vino tinto o un chupito de whisky-aumenta el riesgo de sufrir algún problema de salud relacionado con el alcohol en un 0,5%. Puede parecer una cifra reducida, pero esto supone que, en un grupo de 100.000 personas abstemias, enfermarían por este tipo de dolencias 914, pero lo harían 918 si cada uno bebiera tan sólo una bebida al día.
La cifra aumenta según la cantidad de alcohol que se consuma y la diferencia es del 37% entre las personas que beben cinco bebidas estándar diarias. Para quien se escandalice y piense que eso no va con él, esta cantidad corresponde a dos copas y media grandes de vino, algo no muy extraño en muchas comidas de nuestro país.
Y hablando de España, la buena noticia del estudio es que no nos encontramos en los países con más bebedores, ranking que encabezan Dinamarca, Noruega y Argentina en hombres y los mismos cambiando Argentina por Alemania en las mujeres. Sin embargo, sí estamos en el de los que más beben, es decir, aunque nuestro porcentaje de bebedores no es de los mayores del mundo, entre los varones que beben se bebe mucho, en concreto, una media de 5,8 bebidas estándar al día.
Los autores de la amplia investigación cree que su trabajo debe tener consecuencias. La primera, y más importante, eliminar de cualquier tipo de guía de vida saludable la recomendación de «consumir alcohol -sobre todo vino tinto- con moderación». La segunda, centrarse en convencer a la gente de no beber. A la vista de los datos, los políticos y expertos en salud pública tienen tarea por delante.
Fuente: EL ESPAÑOL