La última vez que se enviaron tropas a la frontera fue en la década de 1980, para ayudar con las misiones antinarcóticos, destacó el rotativo
En su afán por evitar el paso de la Caravana Migrante proveniente de México, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, envió alrededor de 5 mil 600 tropas militares a su frontera sur.
El diario norteamericano The New York Times publicó un reportaje donde da cuenta de las condiciones en las que los soldados de aquel país intentarán contener a los miles de migrantes centroamericanos cuyo sueño es pedir asilo político.
“Con poca electricidad, sin paga de combate y días festivos fuera de casa, las 5 mil 600 tropas estadounidenses en la frontera suroeste están en una misión ordenada por un comandante en jefe determinado políticamente y un Pentágono incapaz de convencerlo de sus peligros” destacó el trabajo firmado por Thomas Gibbons-Neff and Helene Cooper.
A fines de octubre, el Departamento de Seguridad Nacional envió un memorando al Pentágono con una serie de solicitudes formales de apoyo para el manejo de inmigrantes en la frontera sur, incluida la caravana en camino desde Centroamérica, según dos altos funcionarios de la administración.
Para los encargados de elaborar el presupuesto en el Departamento de Defensa estadounidense les inquieta que si la cantidad de tropas enviadas a la frontera llega a 15 mil, el gasto podría elevarse a 200 millones millones de dólares sin una asignación presupuestaria para cubrir la erogación.
Mientras miles de personas del Sur de América huyen de la violencia, inseguridad y la corrupción en sus naciones de origen, buscando una vida mejor, el “sueño americano” se disuelve ante un Trump que cosecha los triunfos de una campaña electoral centrada en la xenofobia.
Ubicados a orillas del Río Grande, justo debajo del Puente Internacional McAllen-Hidalgo-Reynosa los combatientes estadounidenses no están convencidos de la tarea militar, aunado a la posibilidad de que no gocen con sus familiares en vísperas del festejo por el Día de Acción de Gracias o Thanksgiving.
“Cuando le da a un soldado una misión real, tiene menos problemas de autoestima, incluso si es Navidad o Acción de Gracias. Pero cuando envías a un soldado en una misión dudosa, sin valor militar, durante el Día de Acción de Gracias, no ayuda en absoluto”, dijo Anthony G. Brown, ex piloto de helicópteros del Ejército que prestó servicio en la guerra de Irak.
Las órdenes de despliegue duran hasta el 15 de diciembre, lo que significa que las tropas estarán en la frontera durante el Día de Acción de Gracias, de acuerdo a uno de los comandantes encargados de dirigir la misión.
Otro problema que disminuye el ánimo es que en las carpas donde duermen alrededor de 20 soldados no tienen electricidad ni aire acondicionado y hay pocas alternativas para la recarga del teléfono celular.
Reporte Indigo