Al menos 3 mil 980 niños y adolescentes en situación de orfandad por la pandemia de Covid-19 aspiran a ser beneficiarios de una beca, según datos de la Coordinación Nacional del Programa de Becas para el Bienestar Benito Juárez (CNBBBJ), adscrita a la Secretaría de Educación Pública (SEP), mientras que otros 2 mil 432 casos están pendientes para la integración de sus expedientes.
Profesores y directores de educación básica señalaron que “en la mayoría de las escuelas hemos tenido uno o dos alumnos que quedaron huérfanos por la pandemia.
Destacaron que en la mayoría de los casos “se trata de familias que ya enfrentaban problemas económicos, y que con la pérdida de quien generaba el principal ingreso los efectos se agravan.
“Muchas veces nos han dicho: ‘profe, ya no me puedo conectar porque en casa no hay para comprar la tarjeta del Internet’. Son situaciones muy estrujantes, lo que ha llevado a algunos maestros a organizar cooperaciones para pagar la conexión a las clases”.
Cifras de la CNBBJ, recabadas hasta mayo, señalan que de las 3 mil 980 solicitudes atendidas hasta ahora, 3 mil 390 corresponden a menores que cursan su educación preescolar, primaria o secundaria, mientras que 590 corresponden a solicitantes de educación superior.
En noviembre pasado el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) y la SEP, a través de la CNBBBJ, firmaron un convenio por el que se establecieron las bases y los mecanismos para su incorporación como potenciales beneficiarios, aunque hasta la fecha la dependencia no ha informado cuántos menores recibirán la beca.
Reportes de Salud señalan que, hasta el pasado 10 de mayo, poco más de 51 mil adultos de 30 a 54 años fallecieron a causa de Covid-19, lo que representa 23.3 por ciento del total de decesos durante la pandemia. De ellos, 23 mil 184 tenían entre 40 y 49 años de edad.
Profesores frente a grupo destacaron que «la mayoría de nuestros padres de familia rondan los 30 a 50 años de edad, y el efecto de la pérdida de un padre o una madre ha sido devastador, tanto para el alumno como para el resto de su familia».
Fuente: La Jornada