Hace 20 años, Gabriel García Márquez publicó en la revista Cambio, fundada por él, un emotivo artículo donde narra la vida y la carrera profesional de la cantante más importante de Latinoamérica: Shakira.
Entre otras cosas, el Nobel de Literatura señalaba que sus composiciones e intrepretaciones musicales tienen un sello personal que no parece de nadie más y que nadie puede cantar y bailar como ella lo hace, a cualquier edad, con una sensualidad tan inocente, que parece de su propio invento.
Ambos llevaron una excelente amistad. Cuando la cantante visitó México en 2006, García Márquez platicó largamente con ella en su camerino, poco antes de una de sus actuaciones. Al salir al escenario, Shakira expresó lo honrada que se sentía por la presencia de su amigo.
No sobra señalar que cuando la novela El amor en los tiempos de cólera fue llevada al cine, protagonizada por Javier Bardem, el Nobel persuadió a Shakira para que interpretara los temas principales de la película.
Y en 2013, la fundación Pies Descalzos, que patrocina la colombiana, entregó una nueva ludoteca y dos aulas a la Fundación Educativa Gabriel García Márquez.
Shakira tiene una fortuna valorada en 150 millones de dólares. Es la intérprete latina que más cobra por actuación en conciertos. También en fiestas privadas.
Por cantar 45 minutos en su cumpleaños, el excéntrico magnate ruso Sulemán Kerímov le pagó 800 mil dólares. Shakira dedica parte de su fortuna a proyectos culturales.
Ahora tiene problemas con el fisco de Barcelona, donde reside desde hace nueve años, por defraudar 16 millones de dólares en impuestos a través de varias empresas fantasmas ubicadas en paraísos fiscales. En 2011 tuvo que pagar 22 millones de dólares por ingresos no declarados.
Shakira no necesitaba un nuevo lío con Hacienda, pero le ganó la ambición. Sus nuevos reprentantes buscan resolverle el problema.
Muy fácil hacerlo, según las autoridades fiscales: cubriendo los millones que adeuda. Y la multa.
LA JORNADA