En vacaciones se relajan los tiempos. Hay que ser consciente de que los menores más pequeños son incapaces de gestionar el sueño y el hambre
En la actualidad, las familias quieren estar a la última, informadas, y muchas usan las nuevas tecnologías para aprender sobre crianza. «Son lo que yo llamo smart families. Quieren hacerlo todo bien, aunque a veces no tienen tiempo», explica por teléfono Silvia Álava, especialista en Psicología Clínica y de la Salud y en Psicología Educativa y Familiar. Un dato que parece corrobar lo que dice la experta: las búsquedas anuales en Internet en las categorías de alimentación infantil y cuidado e higiene infantil han crecido un 3% y un 4% respectivamente en 2017, «lo que demuestra la creciente preocupación de los progenitores españoles por la crianza de sus hijos».
Los padres tienen que saber que en verano deben hacer todo lo posible para que toda la familia disfrute y no sufra alteraciones o malos rollos. «Cuando se viaja con niños muy pequeños –de cero a tres años– tenemos que adaptarnos nosotros a ellos y no al revés», sostiene Álava. «Normalmente, los horarios y las rutinas se relajan mucho en verano y queremos que nuestro pequeño se habitúe a nosotros, por ejemplo, comiendo a las tres de la tarde, durmiéndose a las dos de la mañana o parando, cuando hacemos un viaje largo, las veces que nosotros necesitamos», continúa la psicóloga. Los niños muy pequeños no pueden gestionar solos ni el sueño ni el hambre, por lo que son los padres los encargados. «Hay que disfrutar de cada verano que pasamos con nuestros hijos, intentar disfrutar con ellos sobre todo por el día y así no se pongan tontorrones. Estos niños lo único que tienen para expresar su malestar es el llanto, porque los primeros meses de vida no hablan y luego dicen tan solo palabras, en situaciones que les impide expresar cómo se están sintiendo en un momento concreto», añade Álava. Y que haya malestar es algo que no compensa en vacaciones.
Cinco consejos para disfrutar del verano, según Álava:
- Mantener una alimentación equilibrada y saludable. Uno de los principales retos o preocupaciones de los padres españoles este verano está relacionado con la alimentación de sus hijos fuera de casa. El 86% de los españoles elabora comidas para sus hijos menores de dos años al menos una vez a la semana, pero la situación se dificulta en verano, cuando pasamos más tiempo fuera de casa. Así lo revela el primer estudio nacional sobre “Conocimientos y Prácticas Habituales en la Preparación de Alimentación Complementaria Infantil en España”, realizado por Lidl y la Academia Española de Nutrición y Dietética (AEND), en colaboración con la Universidad Isabel I, que además pone de manifiesto que una de cada tres mamás y papás españoles recurren a los tarritos preparados ante la falta de tiempo, o por encontrarse fuera de casa en vacaciones. “No hay que obsesionarse, si no has tenido tiempo para preparar la comida” dice Silvia Álava. “Es preferible optar por un tarrito que nos garantice calidad tanto en los alimentos utilizados como en la preparación de los mismos, a sentir angustia o ansiedad por no llegar a todo”, concluye la especialista. «Sobre todo es que el niño mantenga, lo máximo posible, sus rutinas. Por ejemplo, si tenemos reserva en el chiringuito a las dos y media de la tarde, el peque puede ir ya comido. No hace falta que comamos con él», añade la experta.
- Continuar con los hábitos de higiene infantil sin agobios. Las toallas, las palas, la merienda, las cremas solares… son algunas de las cosas que las smart families incluirán en sus maletas este verano. “Las necesidades de higiene de los niños son las mismas en verano, pese a que estemos de vacaciones y pasemos más horas fuera de casa, por eso es recomendable ser previsores y llevar en el bolso un cargamento de socorridas toallitas, pañales o de ropa de recambio”, comenta Silvia Álava.
- Sobrevivir a los viajes largos con niños. En 2017, los españoles realizaron más de 5,8 millones de viajes entre julio y septiembre, pero para las familias con niños estos desplazamientos pueden suponer un quebradero de cabeza. “Antes de iniciar un viaje, es importante explicar a los niños qué vamos a hacer y qué esperamos de ellos”, explica. «Hay que planificar el viaje, pensando en el pequeño. Eso es fundamental. Llevar agua y comida. Algo muy entretenido, tirar de juegos tradicionales que hacíamos nosotros en el coche, como el Veo Veo, Las palabras encadenadas o lo que se nos ocurra, Es muy divertido y aprenden procesos cognitivos», añade la experta.
- La importancia de la rutina fuera del hogar. Para la experta, los niños funcionan mejor cuando las rutinas están establecidas, y las normas y límites están claros. Por eso es importante, establecer normas muy concretas y ajustadas a la edad y personalidad del niño, que pueden ser tan simples como “no gritar”, “no pegar” y “obedecer a la primera”. “En vacaciones puede ser de utilidad hacer una reunión con los niños al llegar a nuestro destino, para recordar las normas de casa y especificar que allí también existen las mismas normas”, comenta Álava.
- El ambiente idóneo para el sueño. Leer un cuento cuando acostamos a los más pequeños, con luz tenue, es otro de los ejercicios que permitirá a los padres españoles preservar el sueño de sus hijos. “Estas rutinas antes de irse a dormir disminuyen el nivel de arousal de los bebés, o lo que es lo mismo, la intensidad de su conducta”, explica Silvia Álava. “De ese modo, estaremos favoreciendo que el niño concilie el sueño con mayor facilidad, pese a los cambios de ambiente que pueda sufrir estas vacaciones”, concluye.
Fuente: EL PAIS