Por Carmen Báez
Ciudad de México. 27 de agosto de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Una infección previa por dengue ejerce un efecto protector contra el virus del zika y sus efectos en el embarazo, esto de acuerdo con un estudio realizado por científicos del Instituto La Jolla para Alergia e Inmunología (LJI, por sus siglas en inglés), en el que participa José Ángel Regla Nava.
José Ángel Regla Nava es un científico mexicano que realiza posdoctorado en virología e inmunología en el LJI, ubicado en San Diego, California, Estados Unidos. Sus investigaciones son supervisadas por la jefa de grupo Sujan Shresta, líder en el campo de enfermedades como lo son dengue y zika. Junto a sus colaboradores ha documentado en la reciente edición de la revista Nature Communications que la inmunidad previa al dengue protege de los efectos de una infección por zika a hembras de ratón embarazadas.
La infección por el virus del zika en mujeres embarazadas representa un riesgo importante: cuando el agente infecciosos cruza la barrera de la placenta puede ocasionar restricción del crecimiento intrauterino, aborto espontáneo, microcefalia y otros defectos congénitos. Sin embargo, no todas las madres expuestas al zika de regiones con presencia de ambas enfermedades emergentes manifiestan estos problemas en su embarazo, ¿por qué?
Los virus dengue y zika son “parientes cercanos” debido a que ambos pertenecen a la familia de los flavivirus y se transmiten por la picadura del mosquito Aedes aegypti. Además de que comparten más de 50 por ciento de su secuencia de ADN, explicó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt el doctor José Ángel Regla Nava, también autor principal del estudio.
En una investigación previa, Regla Nava y colaboradores documentaron que ratones adultos infectados con dengue fueron inmunes al zika; a partir de ahí, lo inquietante fue saber si el efecto de inmunidad sucedía en hembras embarazadas.
Fuente: OMS.José Ángel Regla Nava, también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y de la Sociedad Americana de Virología, detalló que los ratones con un fenotipo silvestre no son susceptibles al virus del zika, por ello se utilizaron modelos animales deficientes de interferón tipo I, citocina que juega un papel importante en la defensa antiviral.
Los investigadores infectaron hembras vírgenes con el virus del dengue un mes antes del contagio por el virus del zika, tiempo en que adquirieron la inmunidad. La infección de la hembra por zika se realizó durante una etapa embrionaria temprana, siete días de gestación (que en humanos sería el primer trimestre del embarazo) y con ello probar si la inmunidad al dengue protegía del daño a las madres y sus fetos.
Al observar los resultados, los investigadores notaron que los fetos de las ratonas inmunes a dengue e infectados con el virus del zika tenían un aspecto y tamaño aparentemente normal, mientras que los animales que no fueron inmunizados tuvieron muerte fetal.
“Aquí vemos que el virus del dengue genera una especie de protección en las ratonas embarazadas”, dijo José Ángel Regla Nava.
Dicha protección al parecer se confiere por la inmunidad de las células T CD8. También conocidas con el nombre de linfocitos T citotóxicos, estas células son una importante herramienta contra patógenos intracelulares, como bacterias o virus.
“Investigamos cómo se lleva a cabo este mecanismo de protección de las células T CD8. Realmente no sabemos si es que limitan la transmisión o tienen una mayor función en la defensa”, dice Regla Nava.
Los investigadores eliminaron la respuesta de las células T CD8 en las ratonas embarazadas, mientras que en otro grupo de animales no lo hicieron. Al comparar los resultados, los científicos observaron que los fetos de las ratonas embarazadas a las que se eliminó la respuesta de las células T CD8 tuvieron un aborto, mientras que en el segundo grupo los fetos no presentaron cambios anormales.
“Las células T CD8 son importantes para esta inmunidad. Los ratones que no fueron inmunizados tuvieron una carga viral alta, esta disminuyó en el caso contrario”, compartió el doctor José Regla Nava.
Los investigadores no solo estudiaron la carga viral de la madre, también la del feto y los resultados fueron semejantes. También emularon un método de vacunación con péptidos que indujeron el mecanismo de respuesta de las células T CD8.
Días después de la vacunación, los investigadores midieron los niveles de ARN viral y observaron que la cantidad de este disminuyó significativamente en la placenta de los ratones inmunizados, no así para los ratones que no recibieron la “vacuna”.
“Las células T citotóxicas CD8 provocadas por la infección por dengue permanecieron presentes en la placenta de los ratones gestantes infectados con zika, lo que sugiere una línea de defensa contra la transmisión a través de la placenta”, señala un comunicado emitido por el Instituto La Jolla para Alergia e Inmunología.
El periodo de protección en ratones es corto, por lo que los investigadores trabajan en formas de aumentar esta inmunidad. De acuerdo con Regla Nava, este hallazgo tiene implicaciones importantes en la comprensión de la historia natural del virus del zika, además de que abre la posibilidad para crear vacunas contra la enfermedad.
José Ángel Regla Nava.En el presente, la mayoría de las vacunas desarrolladas para combatir el virus del zika están orientadas en promover la respuesta de anticuerpos. Pero una vacuna que induzca una respuesta de células T CD8, además de la respuesta a anticuerpos, pudiera conferir mayor protección en contra del virus del zika, comparada con aquellas diseñadas en solo una respuesta primaria a anticuerpos, señaló Regla Nava, también miembro de la Red Mexicana de Virología.
Zika y enfermedades neurodegenerativas
El doctor José Ángel Regla Nava también se ha enfocado en conocer los efectos de la infección por zika en ratones adultos.
“Casi todas las investigaciones que se han reportado para la enfermedad del zika involucran a mujeres embarazadas, pero hemos visto que la infección también afecta el cerebro de ratones adultos. Resultados de esta investigación fueron publicados en la revista Cell Stem Cell”, dijo Regla Nava.
Regla Nava y colaboradores estudiaron el cerebro de ratones adultos infectados por el virus del zika. Los resultados: afectación en células neuronales. “Esto nos permite suponer que la infección por el virus en personas adultas podría ocasionar algún defecto en la memoria”, explicó.
Planes a futuro
Una vez concluidos sus estudios posdoctorales, el objetivo del doctor José Ángel Regla Nava, originario de Guadalajara, Jalisco, es regresar a México y establecer un laboratorio enfocado en el estudio de enfermedades emergentes causadas por vectores, como son dengue y zika, u otras enfermedades emergentes, ya que él cuenta con experiencia en el trabajo del virus del SARS, tema que trabajó durante sus estudios de maestría y doctorado en Madrid, España.
“La infección por el virus del zika es una enfermedad reciente. Si un niño pequeño de dos años se infecta, ¿qué posibles consecuencias tendría a los 15 años?, por ejemplo. ¿Podría disminuir su aprendizaje a nivel escolar? Son ejemplos de preguntas que desconocemos, porque no sabemos las consecuencias de una infección a corto o mediano plazo. Se requieren más estudios al respecto”, aseveró.
Fuente: CONACYT