▲ Los alumnos de todo el sistema escolar mexicano no han asistido a las aulas desde marzo de 2020, a causa del Covid-19. En la imagen, una alumna de sexto grado al comienzo del ciclo 2020-2021, en agosto pasado.
El regreso a clases no puede ser una «imposición ni un proceso artificial o a conveniencia económica. Debe ser gradual, y una vez que se haya consolidado el indicador de riesgo bajo de contagio o color verde del semáforo epidemiológico, porque gran parte de la comunidad escolar no estará vacunada, es decir, niños y padres de familia», señaló Pedro Hernández Morales, secretario general de la sección 9 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
Luego de que la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum informó que se analiza la posibilidad de reanudar clases presenciales en semáforo de riesgo amarillo, una vez que el personal educativo sea vacunado y se determine cómo evoluciona la pandemia, afirmó que la reapertura de las escuelas debe comenzar una vez que se realice un diagnóstico de las necesidades que enfrentan los planteles y se atiendan tanto las condiciones de infraestructura como el abasto de insumos básicos para mantener la seguridad sanitaria.
En entrevista con La Jornada, Hernández Morales anunció que el magisterio disidente analiza aplicar una encuesta nacional sobre las condiciones que tienen los centros escolares de educación básica a más de un año de su cierre, pues «muchos enfrentan el deterioro de su infraestructura eléctrica, hidrosanitaria y de acceso a agua, luz e Internet».
Antes de pensar en regresar a las aulas, enfatizó, debe existir un diálogo de las comunidades escolares, y también con la propia Secretaría de Educación Pública (SEP) y el gobierno de la Ciudad de México, porque “no podemos correr el riesgo de que sea un proceso fast track, que acabe poniendo en riesgo a la propia comunidad escolar”.
Recordó que en la capital del país la matrícula de las escuelas públicas «es alta, tenemos planteles con más de mil alumnos, lo que implica un enorme desafío, por el movimiento de personas que estos implica».
A eso se suma, explicó, que se debe tener una estrategia para marcar los espacios de entrada y salida de cada una de las escuelas y revisar el manejo de los espacios, «por lo que, como docentes, siempre hemos insistido que debe ser un proceso gradual, y cuando estemos en semáforo verde». Por ello, consideró que “vemos muy difícil un regreso a clases presenciales antes del cierre del actual ciclo escolar –que concluye el 9 de julio próximo– debido a que no se tienen las condiciones, por lo que creemos que se tendrá que cerrar este año escolar en esta modalidad a distancia, y aprovechar el receso de clases para preparar una vuelta a las aulas organizada, consensuada con los padres de familia y segura para todos”.
Fuente: La Jornada