La Jornada.
Oaxaca. A 10 meses del sismo del 7 de septiembre de 2017, damnificados del istmo de Tehuantepec fueron defraudados por la constructora Servicios Profesionales en Construcción, empresa asentada en la región de Tuxtepec y de la cual su actual propietario es Luis Gerardo Ramírez Díaz, acusaron afectados.
Afirmaron que esta empresa ofreció sus servicios en los municipios de Juchitán, Ixtaltepec y Unión Hidalgo, con la promesa de reconstruir las viviendas dañadas a un costo de 135 mil pesos, pero al final cobró 150 mil, abandonó las obras y desapareció.
Según los damnificados defraudados, otras empresas como Constructores Fundación de Asistencia y Dignificación Humana y Soinsa –ambas con domicilio en Juchitán– defraudaron a por lo menos 30 damnificados, a quienes sólo les edificaron sus viviendas en obra negra, y no las concluyeron.
Ivonne Cabrera Benítez, una de las afectadas, exigió a autoridades de los tres órdenes de gobierno atender esta situación y pidió el apoyo de la ciudadanía para dar con Ramírez Díaz, quién se comprometió a entregar casas terminadas, pero no cumplió con su palabra.
El contrato comenzó el 7 de mayo hasta terminar la obra, la cual se realizó en una vivienda de 42 metros cuadrados. El contrato incluye que debía terminarla , pero lista para vivir y no en obra negra como lo hizo, agregó.
Dijo que cuenta con el domicilio fiscal de la constructora, pero por falta de recursos no ha podido ir en su búsqueda. Es urgente que las casas se concluyan, la temporada de lluvias está en su apogeo y no hay techo seguro, lamentó.
Refirió que los damnificados engañados esperan en breve proceder de forma jurídica a fin de obligar a la empresa Servicios Profesionales en Construcción a que termine los domicilios que en sus obras quedaron inconclusas.
Mi vivienda se quedó sólo con loza, sin repellar y sin piso; es decir, en obra negra; hemos realizado infinidad de llamadas pero nadie contesta, no hay respuesta ni en mensajes ni nada, dijo Cabrera Benítez. Otro afectado, Luis Gerardo Ramírez Díaz, denunció que aunque ya pagó la reconstrucción de su vivienda, la suya está inconclusa y lamentó que se lucre con la necesidad.
Exigimos nos apoyen porque estamos en la nada, a 10 meses confiamos en esas constructoras que suponíamos era con anuencia de nuestras autoridades. Se supone pagan permisos, pero no hay supervisión con estas empresas y sabemos que hay varias más y somos muchos los defraudados, denunció.
La Jornada / Diana Manzo