Jul 14, 2018 | 0 Comentarios

Violencia se apodera nuevamente de las calles de Nicaragua tras paro nacional

MASAYA, Nicaragua (Reuters) – Violentos enfrentamientos se desataron la noche del viernes en Nicaragua, luego de un paro nacional convocado por organizaciones civiles para exigir la renuncia del presidente Daniel Ortega por violaciones a los derechos humanos.

Esta fue la segunda paralización nacional desde el inicio en abril de una serie de protestas en contra de Ortega, que han dejado más de 300 muertos y sumido al país centroamericano en su mayor crisis política desde el triunfo de la “revolución sandinista” hace casi 40 años.

Los disturbios entre manifestantes y las fuerzas que apoyan al Gobierno alcanzaron el viernes una iglesia en la capital, Managua, donde tres personas resultaron heridas, escribió en su cuenta de Twitter, Paulo Abrāo, funcionario de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Por la tarde, medios opositores y usuarios de las redes sociales denunciaron que se escuchaban disparos en diferentes puntos del país y que paramilitares habían atacado a jóvenes que permanecen atrincherados en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, también en la capital.

No estaba claro cuántas personas habían resultado heridas en los incidentes.

Las manifestaciones contra el Gobierno comenzaron como reacción a una reforma al sistema de seguridad social, pero se ampliaron para incluir demandas de justicia por las víctimas de una violenta represión.

Los opositores también exigen la renuncia de Ortega, un exguerrillero izquierdista a quien sus críticos acusan de amañar elecciones, controlar los medios, manipular la justicia y querer instaurar una “dictadura familiar”.

Calles vacías y comercios cerrados fueron el común denominador el viernes en la mayoría de las ciudades de Nicaragua, atendiendo el llamado a un paro cívico de 24 horas de los grupos de la sociedad civil.

El paro siguió a una multitudinaria marcha nacional que se desplegó el jueves en la nación centroamericana.

Durante todo el día del viernes, algunos medios mostraron calles desiertas en Managua y otros puntos del país, en el mismo día en que Ortega celebraba en la ciudad de Masaya una tradicional marcha conmemorativa del movimiento que encabezó en 1979.

En un breve discurso ante sus simpatizantes, Ortega lamentó la crisis y aseguró que su Gobierno mantiene su disposición a dialogar con los detractores.

“Los invito a que depongan la confrontación y nos unamos todos para darle al pueblo la paz que Nicaragua necesita”, dijo Ortega, cuyo tercer mandato presidencial consecutivo está programado para terminar en 2021.

En Washington, la Organización de Estados Americanos (OEA) discutió el viernes la situación del país. Durante la sesión, el canciller del país, Denis Moncada, rechazó que “se quiere imponer a Nicaragua que cambie su Gobierno rompiendo su Constitución, rompiendo el estado de derecho”.

“No se puede fortalecer la institucionalidad, no se puede fortalecer la democratización del país partiendo de la base que hay que romper la constitucionalidad (…), de imponer la voluntad de grupos para tratar de obligar un cambio de Gobierno”, añadió.

Ortega ha fortalecido su control sobre el poder neutralizando a la oposición y bloqueando el desarrollo de instituciones estatales independientes. Su esposa Rosario Murillo es su vicepresidenta y es vista como un poder detrás del trono.

“Estos casi tres meses de violencia, muertos y heridos tienen que finalizar y dejar espacio a la cordura”, dijo el secretario general de la OEA, Luis Almagro.

“No podemos de ninguna manera ser indiferentes o neutrales ante la represión del Estado ni la violencia de grupos paramilitares”, añadió al término de la sesión.

Escrito por Adriana Barrera y Noé Torres, Editado por Silene Ramírez y Manuel Farías

Fuente: https://lta.reuters.com/article/topNews/idLTAKBN1K330A-OUSLT

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